27 agosto, 2010

El sol otoñal se cuela entre las rendijas de la persiana. Repta (a medida que la ciudad despierta, que los pies emprenden rumbo hacia todas partes al mismo tiempo) por las sábanas de la cama.
En sus sueños, Charlie pelea con leprechauns en algún bar de Dublin. En sus sueños, Charlie corre por campos de girasoles; cuenta misiles fugaces en el cielo; juega al ajedrez con la Muerte, y gana. En sus sueños, Charlie muta, se desdobla, crece y decrece, se ilumina con la oscuridad, se baña de aire. La luz lo envuelve de golpe.
«6:51:14 AM», los párpados, abovedados de conciencia, se abren. De vuelta en la rigidez geométrica de la Realidad, en la crueldad puntual del Tiempo, en el sinsabor de la Lógica. Del otro lado de la persiana, todos los Nadie del mundo lo esperan.

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